Otra nueva adquisición en este viaje ha sido un dermatomo eléctrico con el que hemos podido realizar varios enfermos que precisaban injertos cutáneos y que esperaban nuestra llegada.
Las cirugías que se han realizado en esa ocasión han sido muy diversas. Además de los injertos y de la cirugía vertebral, hemos operado una prótesis de cadera, una grave deformidad de miembros inferiores y varias secuelas de fracturas antiguas y por supuesto los poli fracturados que nunca faltan a consecuencia de los accidentes de tráfico.
La venida del Dr. Linares ha sido trascendental y nos ha permitido iniciar el proyecto de desarrollar un laboratorio de bacteriología por el que venimos buscando financiación.
Su presencia ha permitido el entrenamiento del personal actual del laboratorio y ha iniciado el diagnostico bacteriológico de nuestras infecciones con las tomas de muestras. Ello nos ha ayudado, aún sin medios para cultivo, a diferenciar gérmenes y modificar los tratamientos.
Tenemos que agradecer a los anestesistas su gran colaboración. Han anestesiado 22 cirugías mayores y han hecho 5 sedaciones en la sala de escayolas para resolver fracturas.
Hemos seguido incrementando técnicas y métodos de trabajo.
La gran cantidad de heridas complejas precisaba de tratamientos para poder hacer injertos de piel y para ello hemos adquirido un sistema VAC que hemos podido aplicar inmediatamente.
Venimos anunciando nuestra intención de iniciar la cirugía de la columna vertebral en 2018.
La ocasión se presentó con un paciente que tenía una grave fractura vertebral con una parálisis en miembro inferior. El Dr. Areta tuvo el coraje de operarle con los materiales de los que disponemos (actualmente no específicos para la cirugía de raquis) con un fantástico resultado y con una progresiva recuperación de la movilidad y fuerza muscular en su pierna paralizada.