Dr. J.R. Truan
Octubre 2017
Hemos viajado via París con horarios cómodos y poco tiempo de espera en los transbordos. Tiempo suficiente para acomodarnos en la Procura donde coincidimos con Alvaro (Voluntario fisioterapeuta al que conocimos en anteriores viajes) que terminaba su
estancia. También coincidimos con el grupo de ginecólogos que venían de Dschang muy satisfechos y esperando poder crecer en próximas expediciones.
En esta ocasión hemos viajado los Drs Truan, Guijarro, Marti, Masegosa (traumatologos), los anestesistas Dra del Olmo y Dr. Palomo junto con la inolvidable y habladora Irene Corredera (enfermera).
En Dschang nos encontramos con los voluntarios Marta Navarro (enfermera) y Miguel Navarro (médico) que nos ayudaron durante los días de trabajo con gran entusiasmo.
En Dschang ha comenzado la época seca con lo que hemos evitado las mojaduras de otras expediciones. El campo todavía esta verde y las huertas en pleno apogeo. Nos ha permitido dar algún pequeño paseo y comer en el exterior del edificio de voluntarios.
Las consultas externas, como siempre generaron mucho trabajo. Nos encontramos con pacientes que venían a operarse y otros que nos esperaban para ello.
El programa informático con el que guardamos todas las historias de pacientes y que nos permite incluir on line las imágenes de los mismos, nos esta resultando de una enorme utilidad, tanto para la consulta como para las cirugías.
El trabajo abrumador con fracturas complicadísimas que ya nos esperaban (fractura trifocal de tibia, varias fracturas de humero y de caderas) a lo que tuvimos que añadir las correspondientes pseudoartrosis y las graves infecciones que nunca nos dejan en cada viaje.
Pudimos hacer otra prótesis de cadera y estrenar el artroscopio que nos donó el Dr. Ferrer gracias a la ayuda de Stryker.
En total hicimos 28 intervenciones, la consulta sigue creciendo y el cuarto de curas y yesos no tuvo descanso.
La central fotovoltaica está muy activa. Ayuda mucho pero tenemos la impresión de que tendremos que ampliarla.
Esta vez no hubo fiestas pero bajamos al pueblo a las compras habituales y tomar una cerveza.
La vuelta fue cómoda y pudimos comprar frutas y disfrutar de la inaguantable entrada en Duala que sigue con las obras del puente.
Volveremos en noviembre