13 al 21 de julio de 2024
Dr. Gustavo García Herrera
Julio 2024
Volver es el nombre de un tango y un verbo con trampa, o eso rezaba en una de las novelas de un poeta argentino.
En nuestro caso la trampa era de las buenas, de las de llegar para quedarse.
Y volver fue lo que hicimos durante una maravillosa semana en el hospital Notre Dame da Santé.
Julio ha sido un regreso con un lavado de cara gracias a las nuevas incorporaciones: como instrumentista Sonia Uzal. En el equipo anestésico, Antonio Sánchez. Y las caras alevines de la traumatología: Julia Hernando, Alberto Ruiz y Carolina Garcia-Herrera.
Adolfo Galán y yo, Gustavo-los veteranos.
Como telón de nuestra expedición, tanto en la apertura como en el cierre, la compañía aérea Air Marroc- hagan caso cuando les dicen que lo barato sale caro.
Por retrasos, esperas interminables y cambios de conexiones la mitad de la expedición se incorporó un día más tarde, al comienzo.
A la vuelta, el destino nos hizo repetir y tuvimos el mismo problema.
Afortunadamente nuestras maletas, que siempre extravían o entregan a destiempo y mal, corrieron mejor suerte que nosotros: llegaron íntegras al destino las primeras y sin daño alguno de su contenido.
Aquí me gustaría remarcar lo importante que es el hecho de llegar. Llegar lejos, llegar sano y salvo, chegar e encher; como dicen nuestros queridos gallegos, pero llegar al fin y al cabo. Llegar a lo que te parece el fin del mundo, después de muchas horas de viaje pero con ilusión y una sonrisa cansada, con promesas que van a cumplirse y alguna que otra solución guardada como as en la manga, no tiene precio.
Tampoco la calidez y hospitalidad de las hermanas permitiéndonos compartir con ellas una experiencia tan gratificante.
La semana se nos planteaba repleta de trabajo y nosotros íbamos preparados para ello.
06:00 AM
Los más madrugadores pudieron disfrutar de unos agradables paseos matutinos antes de comenzar la jornada. Si bien es cierto, que el tiempo ha sido mas bien un escollo que un aliado, no hubo nada que un chubasquero y las ganas pudiera frenar. Luego ducha y un buen desayuno para rendir cuentas.
Después de esta dulce introducción al caos, entramos en materia.
Debemos hacer mención especial a La Roja, que nos deleitó con una final de Eurocopa invicta a miles de kilómetros de casa. Algunos vimos el partido con retraso y otro intentaban no perderse gol alguno esperando a embarcar en el aeropuerto.
08:00 AM
La oración matutina abría la jornada de trabajo, seguida del pase de planta y el consabido reparto de tareas entre consulta externa, curas y quirófanos.
Entre cirugía y cura; entre paciente y diagnóstico, ninguno pudo decir que no a parar a respirar una buena taza se café y algo que llevarse a la boca para no dejar que ganase el cansancio.
Estos recesos nos permitían compartir opiniones y acercar posturas sobre las distintas opciones terapéuticas para con cada paciente.
Las intervenciones se han podido dividir entre todos los integrantes pudiendo sacar adelante dos quirófanos con varias cirugías; a destacar, un caso complejo de una recidiva de una tumoración en una mano, multitud de polifracturados y retardos de consolidación de fracturas.
Con la consulta se nos presentaban retos aún mayores, seguimiento de pacientes de larga evolución; de los cuales hemos podido resolver unos pocos y otros dejar en pausa, ya que por motivos económicos debían demorar el tratamiento quirúrgico.
En esta aventura- no puedo calificar la expedición de otra manera- hemos tenido la suerte de contar con los doctores Jeazzet y Suffu para hacernos de guía. Amos, Gilda, Anicet, Zita, Etienne eran otros de los nombres que se oían en el equipo titular.
A todos ellos, gracias. Por hacerlo fácil, por animar, por trabajar codo con codo y a destajo, por las sonrisas y por no perder la paciencia.
Puede que esta expedición no haya ido de números de cirugías ni de infinidad de casos, pero puedo asegurar la increíble calidad humana de cada una de las vidas con las que hemos compartido el trabajo esta semana.
Afortunadamente, además de compartir trabajo, también hubo tiempo para algún que otro descanso e infinidad de risas.
Una de las tardes, la reservamos para realizar una visita a la ciudad, perdernos entre tejidos y artesanías del mercado local y cenar con el equipo.
Las cenas en casa tampoco estuvieron exentas de buenos momentos, compartiendo productos de Andalucía, Extremadura y Galicia.
Tras esta nueva expedición hemos podido comprobar que, con el tiempo, la capacidad de resolución del personal del centro es mas autónoma con buenos resultados y con una preparación y profesionalidad que nos alegra por haber podido formar parte de la misma.
El regreso como siempre fue toda una experiencia y una demostración de pericía por parte Dadá que pudo sortear todos los socavones de la carretera. Además, nos volvimos con dos enfermeros del centro, Bernard y Ezequiel, que realizarán durante unos meses un periodo de formación en España que seguro será muy productivo una vez que regresen.
Una vez más queda un regusto de tristeza por dejar el centro, pero también queda la alegría del retorno en breves para continuar con la actividad de COEM en ese punto de Camerún.
Solo queda agradecer el esfuerzo y el empuje de los que iniciaron el proyecto y la voluntad y la tesón de los pensamos continuar con el mismo.
Muchas gracias, Papa Tomas.