Desayuno en la gasolinera de Douala

Obras en la Falaise de Dschang

Hemos operado dos prótesis totales de cadera y podríamos haber operado más pero no disponemos de los implantes necesarios para hacer mas de dos por cada expedición. El hospital se está convirtiendo en un centro de referencia para este tipo de cirogías y acuden pacientes de todo Camerun.

Menos mal que todas las mañanas el Dr. Sanjurjo preparaba unos estupendos huevos fritos  para iniciar las tareas del día con las fuerzas necesarias.

Damos desde aquí las gracias a las hermanas que nos han dado unas comidas excelentes  y que hemos compartido con las voluntarias de Idiwaka que estaban haciendo su voluntariado en el hospital en diversas áreas.

También queremos dar las gracias a todo el personal local del hospital que nos han ayudado en nuestro trabajo especialmente a los Doctores L. Nges, Y. Jeazet, S. Emanuel y  Armel.

Y el sábado después de pasar la visita a la planta de hospitalización iniciamos el viaje de vuelta con  la incertidumbre de si podríamos pasar por La  Falaise y acortar en 3 horas el viaje  o tendríamos que dar la vuelta pasando por la ciudad de Bafussan.

Mientras que en viaje de ida el camino estaba seco y había un cierto orden para pasar primero los de una dirección y después los de la otra, esta vez como había llovido el paso era un auténtico  barrizal.  

Creemos que oficialmente estaba cerrado al tráfico pero esto no disuade a los intrépidos conductores cameruneses que si no hacen caso de los semáforos en rojo, van a hacer caso de una prohibición tan estúpida como esta.

Coches, autobuses y motos atrapados en el barro y un verdadero caos  de circulación. Tráfico en ambas direcciones simultáneamente y como es característico en Camerún, intentando adelantarse unos a otros. No había sitio  para cruzarse  pero lo intentaban.

Un enjambre de “voluntarios” con barro hasta la cabeza  ayudaban empujando a los coches atrapados.

Nuestro arriesgado conductor decidió que pasaba y con extremado riesgo de volcar o de quedar atrapados en el barro, pasó. Un milagro y el susto en el cuerpo de todos los que viajábamos.